Porque la vida con flores es más hermosa

Hay una tradición de galantería que no ha muerto: enviar flores. Pero ¿por qué nos gusta tanto este detalle?


Desde las grandes urbes, hasta el rincón más recóndito del planeta, no hay ser vivo más admirado -y que sea tan bien recibido- como las flores. Las mantenemos en su estado natural en los campos, las cultivamos en casa hasta verlas florecer, las llevamos hasta nuestro hogar en ramos y floreros, y aún después de haber agotado su vitalidad, conservamos su belleza entre libros.


Es difícil desprenderse de ellas porque su hermosura trasciende fronteras y ¿por qué no? épocas. Bien dice la famosa canción “Yo soy de esos amantes a la antigua, que suele todavía mandar flores”, y es que es cierto, de las pocas prácticas que preservamos para la felicitación, la conquista o reconciliación en el amor, está llevar un hermoso ramo hasta las manos del ser que amamos. De la misma manera, recibir flores es un gesto que nos alegra el alma y la vida. Sinceramente, ¿cuántas veces no has esperado que esa persona especial llegue con rosas, con mil rosas para ti?


Si algo tienen las flores, es su atractivo visual con el cual se han ganado nuestro corazón. Es un regalo que se destaca de los demás porque nos une con la naturaleza; además, las flores son ejemplo de estética y de buen gusto ¿no te encanta cómo realzan la belleza de los sitios en donde las colocas? Finalmente, nos ofrecen una conexión emocional con quien nos las regaló, por eso las cuidamos tanto, nos recuerdan el momento en que las recibimos. Así que recuerda, el detalle ideal para cada ocasión que valga la pena guardar en la memoria, es simple de encontrar, sólo debes pensar en flores.

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.